Me parece que te hice demasiado caso. Dejé
que hicieras lo que quisiste, que vinieras cuando quisieras, que hicieras y deshicieras
sin importarte nada de mí. Además, había muchas diferencias entre nosotros.
Pero la más notoria era que yo no me quería nada y
vos te amabas demasiado. Tanto que en vos no había lugar para mí. Tal vez encuentres a alguien a quien ames
tanto como te amas a vos mismo y ese va a ser el amor verdadero. Es un consejo,
si yo no lo aguanté, creo que nadie lo va a aguantar, porque yo con esas cosas
soy bastante paciente. Es solo un consejo. La pregunta es: ¿por qué no me
dijiste desde el principio que te habías tomado nuestra relación de otra manera?
¿Por qué no me advertiste? Te hubiera amado menos,
te hubiera dado menos. Ahora estoy atada a vos y es un
infierno; por eso decido alejarme ahora. Porque si seguimos con esto que no
tiene nombre, voy a amarte cada día mucho más y no es eso lo que quiero.