Era la presa perfecta de un cazador que me
ignoraba. Que sabía que existía, pero que decidía ignorarme completamente.
Porque si no me hubiera visto, si hubiera desconocido mi existencia quizás
habría sido menos doloroso. Pero él decidió ignorarme por completo. Porque peor que hablen mal de uno es que
ni siquiera lo miren o noten su presencia