3.8.12






Más tarde llegué a pensar que tal cosa llamada amistad realmente no existía. Que era solo un rótulo para cagar a la gente por la espalda y esconder la piedra bajo el grito de “¡¡cómo te voy a hacer eso si somos amigos!!”. Me costó mucho deshacerme de esa idea tan convincente y cierta. Me supuso un esfuerzo enorme hacerme creer que estaba errada, descartar esa idea de mi cabeza. No había amistad. Entonces decidí que a partir de aquel momento no iba a confiar en nadie